Bert Hellinger descubrió lo que llamo los Órdenes del Amor que son unas Leyes Sistémicas que rigen en los sistemas familiares y que también encontramos en la naturaleza. Es una mirada amplia, con más profundidad que lo aparentemente visible.
En los sistemas familiares la pertenencia (todos los miembros pertenecen desde los inicios, independientemente de los hechos en sus vidas), el orden (los descendientes están al servicio de los ascendientes) y el equilibrio entre el dar y el recibir en las relaciones humanas (generalmente entre iguales, esto cambia entre padres e hijos, los padres dan y los hijos toman), son fuerzas que actúan.
Gunthard Weber desarrollo esta mirada en las organizaciones y constato que la gran diferencia, es la pertenencia, los miembros de la misma no están unidos a ella de por vida, como en una familia.
En la organización, la pertenencia es una elección temporal y en la familia se pertenece a ella incluso después de muerto. Por ejemplo, en el momento que una persona deja una organización ¿cuánto tiempo dura el peso o la huella que ha dejado en ella? Porque no es lo mismo para la organización que haya impulsado el crecimiento de la empresa y haya decidido abandonarla por algo mejor en su carrera, a que le hayan despedido. ¿Cómo repercuten estás elecciones en el sistema?¿Cuánto tiempo durará su efecto? ¿Esa huella permitirá crecer a la organización o al contrario, la lastrará?
Entonces según la mirada de las Constelaciones Organizacionales, para que una organización se pueda desarrollar y tenga éxito tiene que cumplir los siguientes principios sistémicos:
Primero el orden. Hay un orden correcto de posiciones dentro del sistema, y los más importantes son los fundadores y los que aportan la parte económica, necesaria para la vida de la organización.
Podríamos hacer el símil del dinero es a la organización como la sangre al cuerpo humano.
Por ejemplo, en una organización como un hospital, el primer lugar sistémico le corresponde a los socios económicos o fundadores, luego la dirección y gerencia y tras ellos los médicos, enfermería, etc. Estos últimos son los encargados de llevar a cabo las directrices marcadas por la organización, es decir, por la cúpula.
Segundo el equilibrio entre dar y recibir. Ya que siendo todos personas, aunque con diferente función, tiene que existir un intercambio entre iguales.
Existe una forma clara de mantener ese equilibrio. Que es a cambio del trabajo y dedicación. Compensar a través de los salarios (material). El respeto y reconocimiento a la labor como parte intangible y también podemos incluir los incentivos y promociones diversas.
Temas como salir tarde del trabajo, hacer más de lo que corresponde o la conciliación familiar, entrarían en este apartado por lo que hay que revisar continuamente este delicado “dar y recibir”.
Hay que entender que como personas pertenecemos a varios sistemas, primero al familiar y luego al empresarial.
El sistema empresarial es una transferencia de la relación del empresario con su sistema familiar, de origen o actual.
Por lo que la constelación de una empresa tiene que ir en paralelo a la constelación de su dueño.
En cuanto una persona se ha liberado de su carga sistémica, tiene la fuerza, sabiduría, experiencia y sabe tomar todas las buenas decisiones para que su empresa vaya hacia el éxito.