La relación con la madre. Constelaciones Familiares, Bert Hellinger Avila 2016.
Este artículo va a tratar sobre el principal aprendizaje en el taller que dio Bert Hellinger en Ávila, del 26 al 28 febrero 2016.
Si, Bert Hellinger, de 90 años de edad dio este taller íntegramente durante tres días, con una claridad, sabiduría y maestría espectacular.
He leído muchos de sus libros y por lo tanto una parte de él ya la conocía pero una mucho más grande e importante que descubrí en Ávila.
Esta es su esencia, es difícil poner nombre a una experiencia que fue esencialmente simple, sencilla, profunda y reveladora.
Entendí lo que es el alma de una persona, su composición primordial, su vibración, lo llamaría la bondad, presencia, luz, información, verdad.
Tuve el privilegio de sentarme a su lado y lo sentí, no hay lugar a dudas, lo viví, una conciencia amplia, pura y grande.
Su filosofía de vida es de servicio a la misma, transcendió el ego hace ya mucho tiempo.
Lo que hace es lo que dice, esta al servicio de la vida y de las personas.
Durante todo el taller hubieron muchos aprendizajes y temas de impacto. Cada palabra, cada mirada, cada gesto, cada movimiento estaban llenos de contenido.
Quedo claro que las constelaciones son una herramienta al servicio de la vida y que hay que tomarlas muy en serio, tratan de la vida y de la muerte.
Y que el primer movimiento, el más relevante, el que nos reconecta con la vida es hacia la madre, hay que retomarlo desde allí desde donde se interrumpió fuera por la causa que fuera.
Al restablecerlo la persona retoma la vida y con ello todas sus posibilidades.
Solo somos capaces de crear vínculos tal y como tenemos establecido el vínculo con la madre, es en ese vínculo primigenio donde tenemos el aprendizaje de crear vínculos, la capacidad y la profundidad. Si no logramos este difícilmente podremos lograr ningún otro.
Vimos una y otra vez como distintas casuísticas que se presentaron por las personas que participaban nos llevaban una y otra vez hacia restablecer este primer movimiento, pareja, dinero, trabajo, relaciones con los hijos…
Se vio como este primer movimiento era lento, tranquilo, desde otro lugar, entrábamos en otra dimensión, no espacio-no tiempo, solo ser o presencia.
El siguiente movimiento es el acceso al padre que lo proporciona la madre. Y luego hacia lo que se anhele; pareja, trabajo, dinero…este era un movimiento, más veloz, confiado, dotado de más fuerza.
Así se puede crear un futuro.
Con este segundo movimiento se ve a la madre feliz y alegre de ver a su hij@ feliz.
La felicidad que permanece se inicia con la madre.
Sólo cuando hemos tomado a nuestra madre, exactamente como es y todo tal y como fue, haya sucedido lo que haya sucedido. Y cuando hemos tomado a nuestro padre, en la misma forma. Y además los miramos a los dos como una unidad, sin elegir, o poner a uno por encima de otro, amando a los dos por igual, están dadas las condiciones más importantes para que nuestra vida comience a fluir.
Hay más temas que inciden pero sin haber tomado a los padres como unidad no hay pareja, ni abundancia y éxito.
Al restablecer esta relación, nuestra vida da un salto cualitativo y cuántico, entramos en un lugar de más vida, salud, plenitud, fuerza, mejora de relaciones en general, pareja, hijos, etc…
Estamos mejor en la vida, más guiados (centrados), con alegría de vivir y capacidad de disfrutar. Aumentamos nuestra confianza, intuición, visión y capacidad profesional.
Nos conectamos con la vida y el mundo, la realidad, el amor. Todo unificado. Integrado.
Dedicado a mi madre con profundo amor.